ajEx. 1:10, 11, 16, 22 y sig.

Acts 7

Capítulo 7

Discurso de Esteban

1Y el sumo sacerdote dijo: ¿Es esto así?

2Y él dijo: Escuchadme, hermanos y padres a. El Dios de gloria b apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán c, 3y le dijo: «Sal de tu tierra y de tu parentela, y ve a la tierra que yo te mostraré d». 4Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Harán e. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis f. 5No le dio en ella heredad, ni siquiera la medida de la planta del pie, y sin embargo, aunque no tenía hijo, prometió que se la daría en posesión a él y a su descendencia después de él g. 6Y Dios dijo así: « hQue sus descendientes serían extranjeros en una tierra extraña, y que serían esclavizados y maltratados
Lit., los esclavizarían y maltratarían
por cuatrocientos años.
7»Pero yo mismo juzgaré a cualquier nación de la cual sean esclavos» --dijo Dios-- «y después de eso saldrán y me servirán
O, adorarán
en este lugar k».
8Y Dios le dio el pacto
O, un pacto
de la circuncisión m; y así Abraham vino a ser el padre de Isaac, y lo circuncidó al octavo día n; e Isaac vino a ser el padre de Jacob o, y Jacob de los doce patriarcas p.

9Y los patriarcas tuvieron envidia de José y lo vendieron para Egipto q. Pero Dios estaba con él, 10y lo rescató de todas sus aflicciones, y le dio gracia r y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, y este lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

11Entonces vino hambre sobre todo Egipto y Canaán s, y con ella gran aflicción; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12Pero cuando Jacob supo
Lit., oyó
que había grano
O, trigo
en Egipto v, envió a nuestros padres allá la primera vez.
13En la segunda visita, José se dio a conocer a sus hermanos w, y conoció
Lit., y fue manifestado a
Faraón el linaje de José y.
14Y José, enviando mensaje, mandó llamar a Jacob su padre y a toda su parentela z, en total setenta y cinco aa personas ab. 15Y Jacob descendió a Egipto, y allí murió ac él y también nuestros padres. 16Y de allí fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que por una suma de dinero había comprado Abraham a los hijos de Hamor ad en Siquem.

17Pero a medida que se acercaba el tiempo ae de la promesa que Dios había confirmado a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto af, 18hasta que surgió otro rey en Egipto que no sabía nada de José ag. 19Este rey, obrando con astucia contra nuestro pueblo
Lit., nuestra raza
, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusieran a la muerte a
O, fueran echados fuera para morir
sus niños para que no vivieran aj.
20Fue por ese tiempo que Moisés nació. Era hermoso a la vista de Dios
Lit., a Dios
, y fue criado por tres meses en la casa de su padre al.
21Después de ser abandonado
Lit., expuesto
para morir, la hija de Faraón se lo llevó
O, lo adoptó
y lo crió como su propio hijo ao.
22Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios ap, y era un hombre poderoso en palabras y en hechos. 23Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años aq, sintió
Lit., surgió
en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel as.
24Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al
Lit., tomó venganza por el
oprimido matando
O, hiriendo
al egipcio.
25Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad
O, salvación
por medio de él
Lit., por mano suya
, pero ellos no entendieron.
26Al día siguiente se les presentó, cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: «Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís
O, maltratáis
el uno al otro ay?».
27Pero el que estaba hiriendo
O, maltratando
a su prójimo lo empujó, diciendo: «¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros ba?
28»¿Acaso quieres matarme como mataste ayer al egipcio bb?». 29Al oír estas palabras, Moisés huyo y se convirtió en extranjero en la tierra de Madián bc, donde fue padre de dos hijos bd.

30Y pasados cuarenta años, se le apareció un ángel be en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza que ardía bf. 31Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: 32«Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob bg». Moisés temblando, no se atrevía a mirar. 33Pero el Señor le dijo: «Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás es tierra santa bh. 34»Ciertamente he visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus gemidos, y he descendido para librarlos bi; ven
Lit., y ven acá
ahora y te enviaré a Egipto bk».

35Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: «¿Quién te ha puesto por gobernante y juez bl?» es el mismo que Dios envió
Lit., ha enviado
para ser gobernante y libertador con la ayuda
Lit., la mano
del ángel que se le apareció en la zarza.
36Este hombre los sacó bo, haciendo prodigios y señales
O, milagros
,
bq en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años br.
37Este es el mismo Moisés que dijo a los hijos de Israel: «Dios os levantará un profeta como yo
O, como me levantó a mí
de entre vuestros hermanos bt».
38Este es el que estaba en la congregación
O, iglesia
en el desierto bv junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí bw, y con nuestros padres, y el que recibió palabras
Lit., oráculos
,
by de vida bz para transmitirlas a vosotros;
39al cual nuestros padres no quisieron obedecer
Lit., ser obedientes
, sino que lo repudiaron, y en sus corazones regresaron a Egipto cb,
40diciendo a Aarón: «Haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a este Moisés que nos saco de la tierra de Egipto, no sabemos lo que le haya pasado cc». 41En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo cd, y se regocijaban en las obras de sus manos ce. 42Pero Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirvieran
O, adoraran
al ejército del cielo
I.e., los cuerpos celestes
,
ch, como está escrito en el libro de los profetas: ¿ ciAcaso fue a mí a quien ofrecisteis victimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años cj, casa de Israel?
43También llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella del dios Rentan, las imágenes que hicisteis para adorarlas. Yo también os deportaré más allá de Babilonia.

44Nuestros padres tuvieron el tabernáculo del testimonio en el desierto, tal como le había ordenado que lo hiciera aquel que habló a Moisés, conforme al modelo que había visto ck. 45A su vez, habiéndolo recibido, nuestros padres lo introdujeron con Josué al tomar
Lit., en la
posesión de las naciones
O, los gentiles
que Dios arrojó de delante de nuestros padres cn, hasta los días de David.
46Y David
Lit., Quien
halló gracia delante de Dios cp, y pidió el favor de hallar una morada para el Dios
Muchos mss. antiguos dicen: para la Casa; la Septuaginta en Sal. 132:5, dice: Dios
de Jacob cr.
47Pero fue Salomón quien le edificó una casa cs. 48Sin embargo, el Altísimo ct no habita en casas hechas por manos de hombres; como dice el profeta: 49 cuEl cielo es mi trono,

y la tierra el estrado de mis pies;

¿que casa me edificaréis? --dice el Señor--

¿O cuál es el lugar de mi reposo?
50¿No fue mi mano la que hizo todas estas cosas?

51Vosotros, que sois duros de cerviz e incircuncisos de corazón cv y de oídos, resistís siempre al Espíritu Santo; como hicieron vuestros padres, así también hacéis vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres cw? Ellos mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo cx, del cual ahora vosotros os hicisteis traidores y asesinos cy; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles cz y sin embargo no la guardasteis.

Martirio de Esteban

54Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos
Lit., aserrados en sus corazones
,
db, y crujían los dientes contra él.
55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo dc, fijos los ojos en el cielo dd, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios de; 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos df, y al Hijo del Hombre dg de pie a la diestra de Dios. 57Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él. 58Y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle dh; y los testigos di pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo dj. 59Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor dk y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60Y cayendo de rodillas dl, clamó en alta voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado dm. Habiendo dicho esto, durmió
O, expiró
,
do.
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